Nuestro compañero, Carlos Lázaro Ávila, reconocido historiador, presentó en el mes de mayo su nuevo y muy esperado libro: Isidoro Giménez, maestro de pilotos.
Por Carlos Lázaro Ávila
La biografía de Isidoro Giménez García (Valladolid, 1900-Madrid, 1988) es un libro en el que se han empleado fuentes de 4 archivos privados y 14 públicos, así como 139 referencias bibliográficas, aportando información inédita en Anexos Documentales. (Hoja de vuelos julio-agosto 1936/Hoja de vuelos de Sariñena/Discurso de despedida de I. Prieto a la Primera Promoción/Carta de los alumnos a K. Voroshilov/Carta de Y. Berzin sobre el alumnado español/Informe sobre J. López Ricondo/Relación del alumnado de la Primera Expedición/Hoja de vuelos en Eslla.50ª/Plantilla de El Carmolí/Vuelos efectuados por Giménez en la Escuela/Historial de R. Castañeda en la Escuadrilla Lacalle y El Carmolí/Quejas por el comportamiento de los mando del Ejército del Aire/Informe sobre el Estado de la Aviación/Informe sobre Aviación (del PCE)/Vuelos de I. Giménez en el Ebro/Epistolario Giménez-Lacalle sobre la Escuadra/Situación de la caza (Informe de A.G. Lacalle).
El libro describe la vida de este aviador suboficial de ingenieros en el contexto de las etapas de la Historia Aeronáutica Española que vivió. Se incorporó a la Aviación Militar como ametrallador-bombardero, participando en el avituallamiento aéreo a la posición de Kudia Tahar (Breguet XIX) e interviniendo en Alhucemas a bordo de Dornier Wal. A continuación, hizo el curso de pilotos en Albacete y, como muchos aviadores españoles, estuvo sometido a los intereses políticos que la Aviación Militar sufrió en la reciente Historia Contemporánea (Monarquía, Dictadura y II República) así como al unánime deseo de sus integrantes de convertirse en un arma independiente como en el resto de Europa. Al iniciarse la guerra civil, Giménez participó junto a los efectivos de la base aérea de Getafe en la sofocación de la sublevación militar y después se le fueron encomendando sucesivos destinos: jefe de la escuadrilla en el aeródromo de Sariñena y oficial acompañante de la Primera Expedición a la URSS. Aportamos información inédita sobre todos los componentes/costes de la Expedición, de la valoración soviética de los alumnos y profesores españoles, así como sobre las tensiones entre Madrid y Moscú a costa de la instrucción de los alumnos y de los oficiales españoles en la Primera y Segunda Promoción. Giménez regresó a España en el verano de 1937 y lideró la 50ª Escuadrilla de Polikarpov RZ en Brunete y luego dirigió la Escuela de Vuelo de Alta Velocidad de El Carmolí, donde se instruía a los pilotos de Polikarpov I-16, aplicando el sistema de instrucción soviético. En agosto de 1938, Giménez asumió la Jefatura de la Escuadra de la Caza republicana en la batalla del Ebro. Antes de analizar el papel jugado en esta campaña, se examina previamente la actuación de las Fuerzas Aéreas de la República (FAR) en las campañas de Teruel, Levante (se incluye el Informe del Wing Commander de la RAF, V. Goddard) así como el papel jugado por el PCE en el intento de control de las FAR. En el Ebro, Giménez propuso mejoras para la actuación humana y material de la Escuadra de Caza (se explica la creación de la 4ª Mosca para frenar la “supremacía Messerschmitt”) pero no fueron apoyadas por el Estado Mayor del las FAR, con el que chocó en varias ocasiones. Por ello, solicitó su dimisión en el puesto siendo sustituido por A. García Lacalle. Giménez volvió a la Escuela de El Carmolí, donde coordinó las tropas de Aviación que intervinieron en la sublevación de Cartagena. El fin de la guerra le sorprendió en Los Alcázares, donde fue detenido, juzgado e internado después en la prisión de Monteolivete (Valencia).
En la posguerra, Giménez jugó un papel intermediario en desconocida labor humanitaria entre las asociaciones apolíticas de aviadores republicanos de México (AARE) y Francia (LAARE). Giménez actuó como gestor de las ayudas económicas que AARE facilitó a las familias de aviadores necesitados en España, poniendo en contacto a los aviadores residentes en España con los del exilio. Asimismo, participó en los diferentes proyectos históricos y sociales de sus compañeros (creación de una Historia de la Aviación Republicana en la Guerra Civil, en la construcción de una residencia para aviadores republicanos jubilados) y en las polémicas surgidas a raíz de las publicaciones de autobiografías de pilotos. Se explica la disputa que mantuvo con Lacalle a raíz de su evaluación de su mando en el Ebro en Mitos y Verdades y la discrepancia con J. Salas Larrazábal en el empleo de la información que le proporcionó sobre las FAR. Durante la Transición, Isidoro Giménez obtuvo su rehabilitación parcial como militar profesional y contribuyó a la gestación de la futura Asociación de Aviadores de la República (ADAR).
Autoedición de 100 ejemplares, 370 páginas, 29 x 21 cms., 40 fotos B/N, 555 notas explicativas. PVP: 20 euros.